Lo más importante y crucial a la hora de descubrir y entender las distintas fuentes de información de la geografía, es la de que podamos llegar a organizar y comprender la información que obtengamos, con el fin de que podamos hacernos una idea global de las dimensiones del lugar geográfico estudiado. Basándonos en lo recientemente expuesto debiésemos seguir a lo menos 3 pasos para poder describir algún espacio geográfico a cabalidad. Estos pasos son:
1) Elegir un espacio geográfico que se encuentre en la región metropolitana: “Río Mapocho” (del mapudungun Mapuchuco, "agua que penetra la tierra").
2) Determinar su ubicación específica, para de esta manera poder intentar comprender las dimensiones del espacio geográfico elegido:
* Localización: Latitud 33°22' Sur y Longitud: 70°28' Oeste.
* Superficie: La cuenca Andina del Río Mapocho posee 900 km2 aproximadamente, desde la confluencia del estero Arrayán con este, incluida su cuenca de drenaje (Esta es la dimensión de la superficie de intercepción y captación de las aguas lluvias). Mientras que la superficie del área drenada (cuenca superior) es de 620 Km².
Dinamismo:Estará determinado por la variable que homogeneiza este espacio, es decir, es su clima templado cálido.
* Magnitud: Para el estudio del río mapocho se requiere de un plano con una escala educada, por ejemplo 1:1000. Esta escala permite resaltar muchos detalles.
Como ya tenemos una idea clara de las dimensiones del “Río Mapocho”, debiésemos recordar que “La faz de la Tierra es siempre cambiante” (Conceptos generales de Geografía, página 1), por lo cual debemos realizar un seguimiento histórico.
3) Para realizar un seguimiento histórico del espacio geográfico elegido, debemos remontarnos al momento de su reconocimiento (en la fundación de la ciudad de Santiago del Nuevo Extremo en 1.541), hasta la realidad actual de este espacio (para saber sobre su evolución en el tiempo y su relación con los otros elementos que conforman el paisaje al que pertenece):
Según el las palabras de René León Echaiz (Historia de Santiago, tomo I, La Colonia – Santiago de Chile, 1975): “Cuando Pedro de Valdivia llegó (diciembre de 1540), vio en el extenso valle dominado por un río, las condiciones ideales para fundar su primer asentamiento español. Los indígenas picunches del sector le habrían recomendado la fundación del poblado, en una pequeña isla ubicada entre dos brazos del río “Mapuchuco”, junto a un pequeño cerro denominado como Huelén”.
Con el correr de los años, la ciudad comenzó a expandirse de manera GLOBULAR, es decir, que el crecimiento de esta ciudad fue desde el centro hacia las afueras siguiendo ejes bien delimitados. La razón por la cual la población se ubicaba cerca de este río era que las “aguas cristalinas del Mapocho atendían a todas las necesidades de la ciudad de Santiago: Ellas proporcionaban bebida (agua que se podía beber); ellas regaban los campos de cultivos (gracias a las construcciones de canales); ellas movían los molinos; y ellas, cruzando por solares efectuaban el aseo y mantenían la higiene.”
Pero otro fenómeno importante dentro de la historia de este espacio geográfico ocurrió bajo la dirección del corregidor Zañartu, en 1773. Efectivamente nos referimos a las fuertes inundaciones que este río experimentó en aquellos inviernos, ante lo cual se decidió la construcción de tajamares para proteger la ciudad (los que más tarde se transformarían en un paseo de la clase criolla).
En aquellas épocas coloniales este río era de aguas cristalinas y bebestible, pero con el correr del tiempo y debido al crecimiento desordenado de la capital hacia la cordillera, los diversos planes sanitarios contemplaron la construcción de gran cantidad de emisarios de aguas negras provenientes de la red de canales y acequias que rodeaban el plano en toda su extensión urbana (proceso de humanización , es decir, la naturaleza está siendo más artificializada), y junto a los aportes del Canal San Carlos y además por el Zanjón de la Aguada, este río empezó a ser usado como una inmensa cloaca. Más tarde en el sector cordillerano se instalaron diversas minas de explotación de cobre que contribuyeron con sus relaves al cauce del río.
Hasta fines del siglo XX, y en especial en las décadas desde los 60 a los 80, sus aguas fueron usadas en el sector oeste de la capital, para riego (en numerosas chacras que rodeaban ese sector de Santiago), lo cual provocó que en la población santiaguina, existiera una gran cantidad de casos de Tifus, Paratifus, Hepatitis, , y otras enfermedades gastrointestinales al consumir verduras de cultivo rastrero contaminadas.
En la situación actual del río Mapocho, se empezó a crear más conciencia medioambiental (para crear ambientes habitables que sean propicios para el asentamiento humano) y se han proyectado obras de saneamiento (creación de subterráneos) e incluso existen ideas de adecuar ciertos sectores para actividades náuticas, como por ejemplo el proyecto llamado Mapocho navegable.
Reflexión Personal
Si bien es cierto que con el paso de los años la geografía a tomado mayor importancia en el ámbito mundial y educacional chileno (Propuestos por el Mineduc), la forma en que se está llevando a cabo la enseñanza de esta área aún es muy precaria, ya que aunque gracias a la globalización aparezcan nuevas y más completas fuentes de información, la tendencia de enseñar esta área trazando o calcando diversos mapas en los establecimientos educativos, lo único que provoca es “El malestar y la insatisfacción de los alumnos, por tener que aprender de memoria abundante información, generalmente muy alejada de sus intereses e inquietudes” (Raquel Gurevich, Un desafío para la geografía, capítulo 3, página 63). Pero es justamente dentro de este punto (en la Geografía) donde debiésemos preocuparnos de buscar e implementar nuevas formas de enseñanza, que utilicen la mayor cantidad de recursos didácticos (propuestos por los avances tecnológicos) para el logro de aprendizajes significativos dentro de nuestros futuros alumnos y alumnas. En otras palabras nuestra meta como futuros educadores no debiese ser la mera transmisión de datos, porque los educandos no son almacenes de datos; sino más bien la enseñanza de las relaciones existentes y evidenciables entre “los conceptos geográficos y el como podemos observar y enfrentar estos elementos geográficos en nuestro diario vivir, para de esa manera finalmente lograr que el educando pueda entender la importancia de esta área y cómo esta afecta su vida”.
Bibliografía
GUREVICH, RAQUEL (1994): “Un desafío para la geografía: explicar el mundo real”. Didáctica de las Ciencias Sociales. Buenos Aires: Paidós.
PILLET CAPDEPÓN, F. (2004): “La geografía y las distintas acepciones del. espacio geográfico”. Investigaciones geográficas, 34. España: Espagrafic.
CAPEL, HORACIO (1998): “Una geografía para el siglo XXI”. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales Nº 19. España.
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http://nogal.mentor.mec.es/~lbag0000/html/global1.HTM
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